0-0: RESISTENCIA FIRME Y A OCTAVOS

El pase a octavos de final de Liga de Campeones quedó certificado tras un partido de mucho oficio en el que por momentos requiso al Sevilla en su versión más competitiva

El Sevilla FC se ha metido en octavos de final de la Liga de Campeones después de salvar la difícil visita a un Parc Ol que por momentos fue un infierno que sin embargo no derritió el oficio de los campeones de la UEFA Europa League. El Olympique metió mucha intensidad y como se podía preveer tocó sufrir, pero el equipo de Jorge Sampaoli, sobre todo a raíz de la reanudación, cuando las fuerzas de los franceses comenzaron a flaquear, supo aguantar el tirón. Muy metido y, ante todo, muy comprometido con una cita de altura en la que no decepcionó, el Sevilla salió a clasificarse a octavos y lo logro con autoridad, tirando de firmeza y compitiendo con esa raza ganadora que le ha dado tantas satisfacciones en las últimas temporadas.

Nadie acertó en las quinielas con el once que Jorge Sampaoli ponía en liza para la primera final de la temporada. Como en Turín, el equipo salía a jugar con un falso nueve, desempeñado por Vitolo, prescindiendo de delantero centro nato. Nasri y Escudero eran las grandes novedades, tras superar sus lesiones, en un once en el que  Iborra acompañaba a Nzonzi en el manejo del centro de campo. La apuesta por sacar un equipo que pudiera aguantar más la pelota y sorprender desde atrás, que sí salió bien en lo defensivo  pero no en lo ofensivo en Turín, pareció funcionar en los primeros compases. Pese a un sobresalto inicial en el que Rico sacó una mano salvadora ante Valbuena, el Sevilla FC se mostró muy a gusto en el inicio, reduciendo con mucho control, con y sin balón, la efusividad de los locales. Las primeras grandes ocasiones, de hecho, fueron para los nervionenses. Vitolo se plantó hasta dos veces ante Lopes, asistido por Escudero y Nasri. En la primera ocasión el canario definió al palo y en la segunda fue claramente derribado por Lopes, en un claro penalti que no fue señalado.

La buena salida en el inicio dio paso a un tramo de turbulencias, en el que se supo sufrir

Las entradas de Vitolo parecían dar la razón al planteamiento inicial de Sampaoli, si bien el Olympique de Lyon a raíz de la jugada del penalti no señalado reaccionó y aceleró su juego. Lacazzete mandó casi acto seguido del segundo mano a mano de Vitolo un cabezazo al larguero, con Rico prácticamente superado. Esa jugada levantó a las gradas del Parc OL. El ambiente se enfervorizó y los jugadores de Bruno Genesio empatizaron con su gente. Fundamentalmente Valbuena hacía mucho daño cayendo por banda izquierda y mandando un disparo a la madera. El Sevilla se veía rebasado y era incapaz de imprimir pausa a un partido que se le iba de las manos y en el que Gonalons se imponía en la zona ancha con autoridad. La llegada del descanso sin duda fue un alivio para los andaluces.

En la segunda mitad la jerarquía del Sevilla se impuso ante el bajón físico del Olympique

En la reanudación el Sevilla FC salió más hecho, e incluso metiendo al Olympique de Lyon por momentos en su campo, aunque no tardaron los franceses en retomar la iniciativa. Pero los nervionenses sabían sufrir y resistían con oficio las embestidas de los hombres de Genesio, que ya no eran tan intensas como en el primer acto. Tampoco la presión resultaba tan agresiva, lo que permetía a los sevillistas tener posesiones más duraderas, apareciendo cada vez más Nzonzi y Nasri. Pero al equipo le faltaba llegada, porque todas las intenciones ofensivas llegaban con poco gas a las inmediaciones de Lopes. Sampaoli no especuló y sacó a Ben Yedder por Sarabia, un cambio que no dejaba de ser toda una declaración de intenciones.

El Olympique también recurrió al banquillo para intentar engancharse a un partido al que no era capaz de meterle mano. Pasaban los minutos y el Sevilla aumentaba su comodidad en el choque, lo que propiciaba el lógico desquiciamiento de los locales. La autoridad con la que se desenvolvían los nervionenses en el campo resultó demasiado para los voluntariosos locales, que por más que lo intentaron se estamparon una y otra vez ante la firmeza sevillista. Y así, resistiendo, sufriendo sobre todo en el tramo final del primer acto, pero con ese carácter competitivo que le hace extremadamente fiable en las grandes citas, el Sevilla FC cumplió su objetivo de estar en octavos de final, con todo el mérito que ello conlleva. 


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