El Sevilla FC no dio opción al Formentera con una primera parte plena, con Joaquín Correa ejerciendo un magisterio de buen fútbol
Con buena nota y sin complicaciones, el Sevilla FC solventó con un partido muy serio el trámite copero que tenía este miércoles en Formentera. El conjunto de Jorge Sampaoli demostró desde el primer minuto la superioridad que se le presuponía sobre el papel, algo que no siempre es fácil debido a la enorme motivación con la que juega el rival de categoría inferior esta clase de choques. Pero el Sevilla, liderado por un Joaquín Correa que aprovechó con creces la cita para reivindicarse, fue demasiado para una Sociedad Deportiva Formentera que poco pudo hacer ante el alto ritmo de juego que impusieron los nervionenses desde el comienzo.
Los primeros veinte minutos del Sevilla fueron sencillamente impecables. Con el primer minuto cumplido ya ganaba, después de que Ben Yedder ejecutara una pena máxima que se cometió sobre Correa, tras una internada con bicicleta incluida del argentino. Fue la primera acción del recital que dio el ex de la Sampadoria, que si necesitaba un encuentro para ganar confianza aprovechó con una fantástica actuación la oportunidad en el Sant Francesc Xavier. Correa hizo el segundo rebasado el primer cuarto de hora, culminando una jugada perfecta que inició Carriço con un pase largo, prolongó Iborra con una dejada espectacular y culminó desde la frontal el argentino. Ganaba por dos el Sevilla, pero podía hacerlo por mucho más, porque la presión se realizaba muy arriba y las recuperaciones eran continuas, generándose salidas constantes que desbordaban a los locales. Sin embargo, el Formentera dijo presente en la primera ocasión, aprovechando Gabri un buen servicio al área.
Se podía pensar que el tanto de los baleares los podía meter en el partido, pero nada de eso, porque el Sevilla FC, que afrontaba el choque con todas las de la ley, con tan sólo dos hombres del filial –Diego González y David Carmona- metió una marcha más y especialmente Correa destapó lo mejor de sí, haciendo dos goles más antes del descanso. El primero, haciendo una pared con Iborra y rematando a placer, y el segundo con un derechazo formidable desde el flanco diestro del área. Un golazo que reflejaba que era su noche.
El Sevilla FC afrontaba el segundo acto con el objetivo más que cubierto, después de una primera parte redonda que ni siquiera deslució el tanto de Gabri. Tal vez por eso el equipo redujo la intensidad, quizás evitando hacer más sangre de la necesaria. El Formentera ganó metros y el choque estuvo más competido, fiándolo todo los de Jorge Sampaoli a sus salidas a la contra. Fue precisamente en una contra conducida por Joaquín Correa, imparable, en la que llegó el quinto. El argentino provocó de nuevo un claro penalti y Ben Yedder otra vez pidió para sí y transformó el la pena máxima. El quinto fue la guinda a un partido completo de los nervionenses, que no dieron lugar a esa sorpresa que se suele dar en dieciseisavos de final con alguno de los teóricos favoritos. Con el partido de vuelta en el Sánchez-Pizjuán aún por disputar, los octavos de final ya están en el bote en una noche en la que fundamentalmente Joaquín Correa marcó la diferencia.
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