Balón colgado a la izquierda para que Correa la baje con calidad y se apoye en Escudero. El vallisoletano la devuelve y Correa la pone en el corazón del área, donde inexplicablemente solo, Franco Vázquez se gira y bate por bajo la meta de Ter Stegen. Premio al trabajo de un Sevilla que estaba sabiendo leer el partido y que llegaba muy vivo al tiempo de descanso. Y que amplió la ventaja al poco de volver de los vestuarios, tras una nueva llegada desde la izquierda y un rechace cazado por Muriel y convertido junto al palo con habilidad. Mercado se había quedado en el banquillo por Layún, que fue uno de los principales baluartes a la contra.
Tras el 2-0 pudo llegar la sentencia al contragolpe, pero el ataque sevillista no fue capaz de definirlo
Y es que los de Montella jugaban con inteligencia y solidaridad, corriendo riesgos en el borde del área pero siendo conscientes de que al contragolpe se podía acabar todo. El primero en tenerlo de dulce fue Navas, que prefirió ponerla atrás en el mano a mano y Franco Vázquez no acertó en el segundo palo. Muriel solo, hasta en dos ocasiones, así como Layún, tuvieron en sus botas la sentencia. Incluso sin llegar esta el Sevilla dominaba con juego de toque, mientras los barcelonistas, ya con Messi pero muy atrás, parecían desesperarse. Pero el líder no se rindió y en el 88 llegaba el intranquilizador 2-1, obra de Luis Suárez en un córner. En la siguiente jugada, disparo lejanísimo de Messi y Sergio Rico no puede evitar el empate.
Dolorosísimo castigo a la falta de definición sevillista y dos puntos que vuelan para impedir al equipo volver a asentarse en la zona europea. El martes no espera y la Champions League ya está aquí. A partir de ahí tocará volver a ponerse el traje liguero con el objetivo continental aún por definir. Para ese partido estará de vuelta Sarabia, hoy sancionado, mientras que el martes se cae por el mismo motivo Éver Banega.
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