Se cumplen hoy 60 años de la muerte de Ramón Sánchez-Pizjuán y Muñoz, el 28 de octubre de 1956. Emblemático presidente de la entidad nervionense, se incorporó a la misma como jugador en las demarcaciones de delantero y portero en 1918, siendo efímero su paso por el equipo. Tras volver en 1924 de la mano de Manuel Blasco Garzón, se incorporó a la Secretaría del Club, habiendo cursado estudios de Derecho durante esos años.

 

Sánchez-Pizjuán accedió posteriormente a la presidencia en 1932, dotando al Club de una personalidad única, afianzando al Sevilla FC que siempre fue. En su mandato, llegó a ganar el Campeonato de España de 1935, y nuevamente cuatro años después en 1939. Revitalizó la cantera sevillista, consiguiendo  a mediados de los años 30 grandes triunfos con el equipo amateur, conjunto que sirvió de base al poderoso equipo de los años 40. Durante la Guerra Civil, Ramón Sánchez-Pizjuán fue la persona que cohesionó a todos los estamentos de la entidad, evitando una desestructuración de los distintos niveles. Entre 1939 y 1948 formó parte de la Federación Española de Fútbol, aunque nunca dejó -del todo- el Sevilla FC, al que seguía en la distancia.

 

El eterno presidente para el sevillismo, ideó el gran estadio que lleva su nombre, pero no pudo verlo construido

 

En 1948 volvió con la condición de ser elegido por los socios del Club, algo difícil, ya el Gobierno de la época establecía que los presidentes fueran nombrados a dedo. Sin embargo, Sánchez-Pizjuán logró su propósito formalizando unas elecciones entre los compromisarios sevillistas. Siendo de nuevo máximo mandatario, el club ese año volvió a ganar nuevamente el Campeonato de España. Uno de los presidentes más reconocido por el sevillismo, ideó su gran obra: la construcción de un gran estadio, el actual coliseo nervionense, el cual nunca llegó a ver edificado. Ramón Sánchez-Pizjuán, es el eterno presidente del Sevilla FC.