El mítico jugador nervionense fue agasajado, en su gran día, por los tres clubes en los que jugó y por las federaciones Andaluza y Española
El Sevilla FC entregó este miércoles su IX Dorsal de Leyenda, que recae en el conocido como ‘Mariscal del área’ Antonio Álvarez. Se trata de un galardón reservado para los grandes jugadores históricos de la Entidad, pero en esta ocasión el reconocimiento iba especialmente más allá. Todos los que quisieron estar con él destacaron su faceta deportiva, pero sobre todo su buen carácter y su bondad como persona.
No podía ser de otra forma por parte de su familia, que fue la primera en participar en el acto con un emotivo vídeo. Sus padres, hermanos, su esposa y sus hijos destacaron esa faceta humana que no siempre conoce el aficionado, pero que sin duda ayuda a que el profesional llegue aún más lejos. Por ello, no es extraño que sus compañeros, los que compartieron colores con él y los que le tuvieron enfrente, hablaran maravillas de Álvarez tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Sus familares destacaron la faceta humana
Además, la labor de Álvarez en el Club continuó desde los banquillos, por lo que Julien Escudé, como continuador de aquel fútbol que él desplego y a quien tuvo a sus órdenes, quiso pronunciar unas palabras destacando al homenajeado.
Y aunque el equipo de su vida fue el Sevilla FC, Álvarez dejó su sello en otros dos históricos del fútbol andaluz como el Málaga CF y el Granada CF. El primero, representado por su consejero Ben Barek, recordó la etapa de ambos como futbolistas y le hizo entrega del escudo de oro de la entidad malacitana. Del mismo modo, el vicepresidente nazarí Ignacio Cuerva recordó una curiosa anécdota de Álvarez con Antonio Notario y le impuso la misma distinción.
Y si a nivel regional Antonio Álvarez fue todo un referente, su papel a nivel nacional tampoco se quedó atrás. De hecho, una inoportuna lesión le dejó sin poder debutar con la selección 24 horas antes de aquel recordado partido en La Rosaleda. El fisio de aquel combinado, Ángel Mur, que trató por todos los medios recuperarle para aquella cita, no pudo acudir al homenaje pero grabó un vídeo en el que narró aquella historia y felicitó a Álvarez por su trayectoria.
Ángel Mur, fisio de aquella selección española, intervino con un video
Casi cumpliendo con aquella deuda del destino, Ángel María Villar, presidente de la RFEF, quiso estar presente para imponer a Álvarez la insignia de oro de la Federación, tras lo cual se leyó una emotiva carta del Ministro de Interior Juan Ignacio Zoido, que habría querido estar presente pero a quien su apretada agenda le impidió viajar a Sevilla.
Para cerrar el emotivo acto, el presidente José Castro y el propio Antonio Álvarez, que aguantó el tipo en lo que a emociones se refiere, pusieron el broche con sentidas intervenciones. El protagonista, antes de las fotos protocolarias, quiso agradecer a todos los presentes, y a aquellos que hicieron posible sus éxitos, su importancia en una trayectoria intachable.
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