El Mariscal del área lamentó no haber dado “ningún título al Club como jugador, pero sí que le di algo más importante para mí, que fue mi corazón”
Cerró el acto el propio homenajeado, Antonio Álvarez, visiblemente emocionado tras recibir los elogios de personalidades del fútbol, amigos y compañeros de profesión. A todos ellos agradeció su presencia y su apoyo incondicional durante aquellos años en los que ejerció. A su familia, sus padres, hermanos, tíos y primos, esposa, hijos… y todas aquellas personas que apostaron por aquel joven que llegó a Sevilla con la ilusión de convertirse en una de sus estrellas.
Y así ocurrió. Hoy en día, “un Club con más de cien años de historia… y que yo pase a formar parte de esa historia de jugadores importantes… Es para sentirse más que orgulloso. Es verdad que nadie te regala nada, pero me entregué en cuerpo y alma en cada Club, me adapté a todos y me metí en el vestuario intentando siempre ayudar”, recordó Antonio Álvarez.
Y es que Antonio, tal y como él mismo dijo, no ganó ningún título en sus años de jugador, “pero sí le di al Sevilla algo mucho más importante para mí, que fue mi corazón. Lo di cada día y en cada partido. Y creo que más que eso no se le puede dar al Sevilla. Por eso, pediría a los actuales jugadores que quieran al Sevilla como lo queremos los sevillistas y que amen cada entrenamiento como si fuera el último porque eso es algo que no se valora ahora, sino cuando se pierde”.
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