Cuando volvió, aunque no estaban muchos de sus antiguos compañeros, el espíritu del vestuario seguía intacto: “No hay mucha diferencia en el vestuario, sigue tal y como se venía haciendo. Los que están antes van transmitiendo siempre a los nuevos lo que es el Sevilla”.
En cuanto a lo deportivo destacó que “el Sevilla siempre puede luchar por todo. Desde hace diez años viene peleando en Europa, luchando arriba en LaLiga y cae alguna que otra Copa del Rey, siempre hay que ilusionarse”.
Por último, se refirió al último encuentro liguero en el que el equipo recibió una dolorosa derrota: “Seguimos dolidos por lo ocurrido en el Bernabéu, pero toca levantarse y seguir trabajando duro en los entrenamientos”.
En un aspecto más personal, cabe destacar que Éver recibió muchísimas sorpresas por parte de excompañeros, amigos, compañeros del Sevilla FC y de su esposa, Valeria, que le sorprendió en el plató de A Balón Parado. Valeria aseguró que en el Sevilla «le veo muy motivado, se nota que acá está cómodo, juega como a él le gusta». Muchos gestos de cariño que demuestran que Banega es una persona muy querida tanto dentro como fuera del vestuario.
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