Se enfrentaban, en la última jornada liguera, los dos primeros clasificados. El Sevilla FC rendía visita a los culés siendo líder de Primera con 35 puntos; mientras que los locales afrontaban el envite en la segunda posición con un punto menos. Partidazo en la cumbre que registró un lleno absoluto. Incluso medio millar de sevillistas viajaron desde la capital hispalense para dar aliento al equipo.

López adelantó a los nervionenses a los siete minutos de juego

Ramón Encinas alineó a Busto; Joaquín, Villalonga, Alconero, Antúnez, Eguiluz, López, Arza, Araujo, Herrera y Campos. Apenas siete minutos después del pitido inicial de Pedro Escartín, Araujo batía a Velasco de cabeza tras un centro de López. Sin embargo, cumplida la hora de juego, Bravo pondría el 1-1 en un marcador que, a la postre, ya no se movería. 

El reparto de puntos dio aquella liga al Sevilla FC, que cerró la temporada con 14 victorias, ocho empates y sólo cuatro derrotas (ante Valencia, Barcelona, Celta de Vigo y Athletic Club), siendo precisamente el equipo culé el único en imponerse en el Estadio de Nervión.

La vuelta a la capital andaluza fue una auténtica fiesta

La vuelta de los campeones a Sevilla fue todo un acontecimiento. Desde Carmona, el sevillismo formó una caravana de coches, motos, incluso bicicletas, para dar la bienvenida al campeón, que fue ovacionado por las calles de la capital andaluza en su camino al Ayuntamiento. 

Una semana después tuvo lugar la entrega de la Copa, en un partido homenaje ante el Granada CF. Aunque el conjunto de Ramón Encinas se impuso por 4-0, el resultado era lo de menos, ya que la gran fiesta se inició cuando López, capital del equipo, recibió la Copa de Campeón de Liga de manos del Presidente de la Federación Española de Fútbol, Javier Barroso. 

Esa misma década levantaría su tercera Copa (1948), tras hacerlo en el 35 y 39

Para redondear la década, apenas dos años después, en 1948, el Sevilla FC levantaba el título de Copa por tercera vez en su historia al ganarle 4-1 al Celta de Vigo en Chamartín. Previamente, pudo vivirse la misma estampa en 1935 y 1939.