Domingo destacaba así la ilusión de cada compañero o cada amigo por visitar una casa la cual hasta los futbolistas llegaban a sentir como suya dada la cercanía: «Creo que era más especial para los demás que para mí. Yo nací en el antiguo campo de Nervión, cuando tenía dos años ya nos mudamos al Ramón Sánchez-Pizjuán. Tú no lo percibes como algo anormal, se empieza a percibir eso cuando se lo cuentas a los demás y no se lo creen. Los niños se asombraban cuando venían, creo que mis hermanos y yo éramos los más populares del colegio porque todos querían venir a jugar con nosotros, pero aparte de eso a nosotros nos parecía lo más normal del mundo vivir dentro del estadio».
«Poder levantar la UEFA en Eindhoven fue el culmen de todo»
Son muchas experiencias vividas y en los muchos años dedicados al Sevilla FC, un club del cual Domingo Pérez destaca la evolución desde que él empezó hasta hoy: «El crecimiento ha sido brutal, sobre todo en los últimos años. Hemos pasado de ser un club familiar, con poca gente trabajando para el club a dar un cambio enorme que nos ha servido para mucho. Mi abuelo solo vio ganar un título, mi padre nunca vio como profesional ganar un título y yo tuve la gran suerte de empezar en el año 80 y dejar al primer equipo justo después de la final de Eindhoven, por lo que levantar esa copa fue el culmen de todo. Y a partir de aquí ha habido de todo, un sueño enorme. Cuando hablo con mis hijos les digo que ellos han vivido la época dorada, estoy muy satisfecho de seguir perteneciendo a un club tan importante y grande como el Sevilla».
La entrevista dio para mucho, destacando Pérez la cercanía con todos los jugadores y técnicos como Polster, Suker, Zamorano, así como con los entrenadores. De estos últimos, destacó su relación con Carlos Salvador Bilardo, recordando la anécdota del encuentro ante el Deportivo: «Puedo decir con mucho orgullo que soy bilardista, con eso lo resumo todo. Si alguien puede pensar que por aquella anécdota podría haber mal rollo está totalmente equivocado. Hay que conocer y entender a Bilardo y el que lo quiere lo va a querer siempre«.
«Son muchas vivencias,le tengo mucho cariño a todos»
Pero si algo quiso destacar, fue el especial cariño que guarda a gente de la casa, con los que ha podido vivenciar cosas muy gratas desde la cercanía: «He tenido amistad con muchísimos. He nombrado a mucha gente de fuera, pero a los que mucho más aprecio les tengo son los de aquí. He terminado mis labores en el club trabajando con la cantera y me encanta, pero te puedo nombrar a Curro Sanjosé, Manolo Jiménez, Antonio Álvarez…era una época en el que éramos una gran familia, saliendo a cenar en equipo con las mujeres. Son muchísimas vivencias, me puedo olvidar de gente, pero le tengo muchísimo cariño a todos».
Otro punto que quiso destacar fue el de encarar las lesiones con positividad, recordando asimismo la más dura que tuvo que tratar, cuando a Enrique Montero se le fue la rodilla: «Las lesiones siempre hay que encararlas desde el punto de vista positivo. La primera que tuve que tratar fue la de Enrique Montero en la rodilla, fue brutal. Al final volvió a jugar al fútbol porque tuvo lo que tuvo que tener para sobreponerse, en aquella época las operaciones no eran como ahora«.
«En estos últimos tiempos, la dupla Luis Fabiano-Kanouté no tiene color»
Para cerrar, después de volver a destacar el cariño que le tiene la gente de la casa, descubrir algunas de las manías que tienen o tenían los futbolistas a la hora de vendarse y hacer incluso su propio once histórico con Luis Aragonés como entrenador, Domingo Pérez se detuvo en analizar los grandes delanteros que ha tenido el Sevilla FC, destacando a los de la época más reciente: «Estamos hablando de que yo he podido disfrutar de ver a Suker-Maradona, Polster-Zamorano… no estamos hablando de cosas banales, sino de gente con mucha categoría. En estos últimos tiempos en los que hemos vivido muchos títulos, la dupla Luis Fabiano-Kanouté no tiene color».
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