El de Gerena cree que, con sus compañeros del filial, puede ampliar el abanico de Lopetegui: «La competencia siempre va a existir y yo pienso desde siempre que eso puede hacer que el vestuario sea competitivo y el equipo aumente de nivel. Hay que dejarle ver al cuerpo técnico que estoy capacitado para ocupar cualquier puesto de la defensa o del mediocentro defensivo».
Para él, tras debutar, esta oportunidad es un paso más: «Es una sensación indescriptible aunque puede sonar a tópico. Estar tantos años desde pequeño, el esfuerzo de tu familia… Es por ellos y por ese sueño que he tenido desde pequeño de vestir la camiseta. En Chipre estaba que no me lo creía, pero dentro del campo cuenta el trabajo, el sacrificio y el intentar hacerlo lo mejor posible».
Además, por sus características puede ayudar en varios puestos: «La polivalencia es una característica que me puede definir. Tengo capacidad para adaptarme rápido a las posiciones y el jugador está para lo que demande el entrenador. Lo importante es jugar aunque haya posiciones en las que te puedas desenvolver mejor, pero de lo que se trata es de ayudar al equipo».
«Tengo capacidad para adaptarme rápido a diferentes posiciones»
El canterano reconoce que el paso al máximo nivel requiere más concentración: «Las categorías están por algo y cuando llegas al nivel europeo que tiene el Sevilla, se nota el ritmo y la intensidad que le meten nuestros jugadores. El ritmo de partido, estar pendiente de cada control para que no se te vaya y con rapidez sin caer en la precipitación. Yo creo que puedo estar capacitado para ello. El equipo siempre te va a ayudar y con trabajo siempre es posible«.
Eso sí, no teme las dificultades que se van a encontrar a partir de ahora: «Si algo bueno tiene el fútbol es que hay que adaptarse siempre a nuevos estímulos. Ninguno hemos vivido esto pero el jugador se adapta rápido y jugar a puerta cerrada no va a ser lo mismo, pero si no queda más remedio lo importante es jugar y llevar al equipo a lo más alto».
No es lo mismo el ejercicio en casa que la rutina en la ciudad deportiva, pero con tiempo, todo volverá a la normalidad: «Está claro que por mucho que entrenes en tu casa y te machaques, no es lo mismo. El ritmo en el campo, las arrancadas y las frenadas… Eso se va a notar al principio. Vamos a necesitar un tiempo, pero el jugador es camaleónico y nos vamos a adaptar bien».
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