Domingo tomó el relevo de su padre y fue el fisio de la primera plantilla durante muchos años, hasta pasar estas últimas temporadas desempeñando esa misma labor en los escalafones inferiores. Ahora, a su jubilación, el club quiso tener un acto de agradecimiento y, aprovechando el gancho de una entrevista para los medios oficiales, fue homenajeado en el antepalco por sorpresa. Allí, además de familiares y amigos, le esperaban el presidente, José Castro, el vicepresidente José María del Nido Carrasco y Monchi, además de jugadores de diferentes épocas y amigos todos, como Enrique Lora, Curro Sanjosé, Paco Gallego, Manolo Cardo, Antonio Álvarez, Manolo Jiménez, Rafa Paz o Antoñito.
Otros intervinieron por vídeo, como Jesús Navas, los fisios de la primera plantilla o Juan Carlos Unzué. Tras un pequeño ágape, llegó el turno de los presentes. Y no un obsequio cualquiera. Junto a una camiseta con su nombre, Domingo recibió la máxima distinción que otorga el club, su insignia de oro, tras toda una vida de entrega al club.
¡Gracias por todo, Domingo!
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