También habló de su infancia y sus primeros pasos futbolísticos: «Con nueve años fui por primera vez a Mali y fueron las mejores vacaciones de mi vida. Recuerdo que los niños venían a buscarme para jugar al fútbol en la calle. Cuando vieron que jugaba bien ya sentí que era uno de ellos. Quise jugar sin zapatos, como algunos de ellos, pero no pude correr ni 20 metros«.
En un aspecto más profundo reconoce que sigue buscando su desarrollo personal: «Estoy trabajando en ello todavía. Creo que aún no he llegado a ser lo que quiero ser. Si se puede comparar con el deporte, una persona competitiva siempre quiere ser mejor. Es una buena mentalidad para intentar mejorar siempre, sin ser arrogante».
Además, reconoce que le fue algo difícil hacerse a la vida tal y como se entiende en Sevilla,: «Al principio me costó un poco acostumbrarme a cómo era la gente aquí. Llamé a Monchi para decirle que teníamos que buscar una solución, pero hablamos y todo el mundo sabe lo que pasó después«.
Para terminar, habló de su amigo Jesús Navas, que quiso dejarle un mensaje: «Es como mi hermano pequeño. Nos entendimos muy bien porque no nos gusta tener los focos encima y también dentro del campo. Es un amigo y nuestras familias también están bastante unidas. Como futbolista es un crack y como persona mejor, incluso».
COMMENTS ARE OFF THIS POST