Precisamente de paso por la calle Betis, hablaron de lo que supuso ganar el Gran Derbi: «Uno toma consciencia rápido de lo que significa el derbi, pero ya pasó. Hay que bajar la espuma porque esto va muy rápido y la única manera de avanzar es pensar siempre en el siguiente partido. Dentro de la satisfacción pasada, toca centrarse en el Valladolid». Volviendo un poco más atrás, repasó los orígenes de su fichaje: «Monchi y yo no nos conocíamos demasiado, pero me llamó y lógicamente le escuché encantado. Cuando nos conocimos más y pudimos compartir un almuerzo, me explicó su ambición y lo que quería hacer. Yo le transmití mi visión y hubo una química, una conexión».
Las cosas han empezado bien, pero tanto desde el banquillo como desde la dirección deportiva, las miras son altas: «El proyecto es ambicioso desde el primer día y coincidimos en eso, pero esto no para y hay que seguir regando la planta para que crezca. Nunca había trabajado con un director deportivo como Monchi y eso un entrenador no puede desperdiciarlo«. Además, destacó la labor de un paisano suyo como Emery en la casa: «Unai hizo historia aquí con hitos increíbles. Hay mucho trabajo ahí detrás y nosotros estamos en el inicio del camino, pero las ganas y la ambición están ahí para conseguirlo«.
Para terminar, dio con una frase muy simple con lo que para él es el Sevilla FC desde dentro: «Es un club que es capaz de ser muy grande siendo tremendamente ágil, que no es fácil. Lo será seguramente porque hay gente dentro que consigue que es así«. La charla terminó de forma muy simpática en la Peña Sevillista de Triana, donde Antoñito y Lopetegui se unieron a varios peñistas en una «competitiva» partida de dominó.
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