Aquella noche en Barcelona, el Sevilla FC jugó con 12. Con Puerta en la memoria y en el corazón. Con la necesidad de brindarle la plata que él nos llevó a conseguir. Con el recuerdo de aquel canterano que mostró el camino a la gloria.
Y que, precisamente, serían dos canteranos quienes diesen, aquella noche, los pasos suficientes para hacer todo ello posible. Primero Capel. Cuando apenas habían pasado cinco minutos de juego. Gol del extremo desde la media luna con el que abría una veda a la que se sumó, ya en el ocaso del partido, otra pieza clave de la cantera: Jesús Navas. El de Los Palacios certificó la victoria en el tiempo de descuento desatando la locura.
Respeto. Con esa premisa se abrió paso un Sevilla FC que sumó más plata y más gloria a su historia. Plata que sonó a Antonio, plata en la que quedó reflejado Puerta.
COMMENTS ARE OFF THIS POST