Desde entonces siempre han caminado de la mano el Sevilla y el Schalke, acordándose el uno del otro cuando tocaba y emplazándose a una cita futura con el deseo de que fuese más pronto que tarde. Por fin ha llegado, y aunque las fechas internacionales impedirán que sea con todo el lustre posible, lo cierto es que se podrá vivir un ambiente de confraternización como el de hace 13 años. No obstante, casi 700 alemanes estarán en las gradas de la Bombonera sevillista para vivir un encuentro que tendrá los debidos prolegómenos con un almuerzo entre peñas de ambos clubes.

En lo deportivo y a consecuencia de lo anteriormente comentado, ambos equipos se han visto obligados a tirar de la cantera para completar sus convocatorias. Por un lado, Joaquín Caparrós ha llamado a ocho canteranos y a los doce futbolistas de la primera plantilla disponibles, una proporción muy similar a la usada por Huub Stevens, que tiene a 13 profesionales y a ocho canteranos en Sevilla, donde el Schalke ya se ha ejercitado este jueves. No corren buenos tiempos para el equipo alemán, que como el Sevilla, ha quedado fuera de Europa de forma abrupta hace unas semanas. En este caso además, no ayuda el papel en la Bundesliga, donde son cuartos por la cola, a sólo tres puntos de la promoción de descenso.

Circunstancias todas ellas que quedan, eso sí, aparcadas ante una cita tan emotiva como la de esta noche, a la que también ha sido invitada toda la plantilla de la 05/06. Por desgracia no todos podrán estar en el palco del Sánchez-Pizjuán en persona, pero sin duda sí que lo estarán de espíritu pues en todos ellos quedó grabado aquel Sevilla-Schalke que les cambió la vida como te la cambió a ti.