«El Club está al nivel más alto, de los mejores de Europa. Ojalá sume otros 20 años de éxitos y títulos»
Un jugador que, a pesar de todo, se siente orgulloso de su paso por el club, aunque confiesa que le habría gustado vivir épocas mejores: “Mirando luego cómo fue todo para el Sevilla, uno se queda con un sabor agridulce en la boca, porque me hubiera gustado haber formado parte de todo lo que, a partir del 2000, poco a poco se comenzó a construir y llegar donde ha llegado, con muchísimos éxitos y títulos importantísimos. El club está al nivel más alto, de los mejores clubes de Europa. Y eso, de una parte, te deja mal sabor de boca. Pero, por otra parte, me siento muy orgulloso de haber podido estar cuatro años en este club. Me sentí orgulloso al ver al Sevilla crecer año tras año. Cuando uno pasa cuatro años en un club, se siente orgulloso de todos esos éxitos y ojalá siga otros 20 años más consiguiendo títulos y ojalá ganando una liga”.
«En mi primer año me encontré muy incómodo, era todo nuevo para mí y me tenía que adaptar»
Cuatro temporadas en el Sevilla FC que dieron para mucho, tal y como él mismo recordó en los micrófonos de SFC Radio: “A nivel personal, puedo decir que, con las características de mi juego, y como al sevillismo le gusta el arte, no fue difícil mostrar mis cualidades. A nivel de equipo, era muy complicado, aunque podría destacar y dejar mis detalles. Cuando llegué en el año 96, lo hice con la máxima ilusión de jugar en la liga más importante del mundo y esperaba encontrar cosas que, año tras año, se mejoraba, pero la mala suerte fue que el Sevilla pasó sus cuatro peores años a todos los niveles. Era muy complicado crecer año tras año como ocurrió a partir del 2000. En mi primer año me encontré muy incómodo, me tenía que adaptar a otro fútbol. Aquel año llegué con Camacho, después vino Bilardo y luego Julián Rubio, que fue el entrenador que más confianza me dio. Llegas a otro país, sin saber idioma, el equipo no andaba bien, desciende… Tienes que ser muy fuerte mentalmente para seguir adelante. Al año siguiente, aunque comenzamos en Segunda, era nuestro objetivo subir a Primera pero las cosas seguían igual. No se consiguió el ascenso por poco, pero no era fácil. No había normalidad, sin el apoyo de la directiva, la presión era muchísima… todo eso iba en contra y había que estar juntos. El fútbol es un deporte colectivo y cada uno tiene que poner lo máximo. El segundo año acabó como acabó”.
Y continuó: “Antes de empezar el tercer año, recuerdo que aquel verano estaba todo arreglado con el Racing de Santander. Teníamos de entrenador a Castros Santos al que, antes de comenzar la pretemporada, la directiva le preguntó por mi venta. Él dijo que, si se traía a un jugador con las mismas características, que me vendieses. Pero que si no se traía a un jugador igual, no. Me tuve que pelear mucho conmigo mismo para motivarme, pero bueno. Hasta diciembre estuvimos en mitad de tabla, hasta que llegó Marcos Alonso con el Profe Ortega, que estuvo muy encima de mí. Comenzó a motivarme… Ya se daba la temporada por perdida, pero en un mes todo cambió. El equipo empezó a coger chispa, conseguimos buenos resultados y ascendimos. Entonces pensé que todo iba a mejorar mucho. Antes de irnos de vacaciones, Marcos me preguntó por la temporada siguiente y le dije que no tendríamos un equipo que dominase al equipo contrario y que fuese dueño del juego, que la mayoría de partidos los íbamos a jugar a la contra, por lo que le aconsejé varios fichajes, como Baraja y Makaay. Luego, al regresar al trabajo, vi los fichajes que se habían hecho… La mayoría uruguayos, destacando más a Olivera y Zalayeta, el resto jugadores, sin querer menospreciar a nadie… Aun así, dimos nuestra guerra y los árbitros nos perjudicaron muchísimo… todo eso acabó como acabó. Pero bueno, hubo momentos buenos y momentos malos. En el fútbol te pueden tocar épocas buenas o malas. Pero siempre agradeceré al Sevilla FC que me diese la oportunidad de jugar cuatro años en España, dos en primera y otros dos en segunda, en una liga que, para mí, sigue siendo la mejor liga del mundo».
Marcos Alonso estaba muy cerca del jugador, como futbolista y como persona»
Y si alguien le marcó en su paso por el Sevilla FC, ése fue Marcos Alonso: “Estaba muy cerca del jugador, como futbolista y como persona. Conmigo, comenzó a hablarme como humano y hacía lo que hoy en día ya hacen muchos entrenadores. Yo marcaba goles, hacía mi trabajo, daba asistencias, ayudaba al equipo a tirar hacia arriba… Y un día me dice que había muchas quejas porque no defendía. Me pidió que ayudase un poco en el área donde me movía, molestando al rival… y que cuando recuperásemos la pelota, que me la llevase e hiciese lo que yo sé hacer. Y en una concentración antes de un partido, Marcos dijo delante de todos que ya sabía de las quejas, y les dijo al resto: “Si alguien de vosotros me garantiza que va a hacer lo que hace Vasili ofensivamente, dejo a Vasili fuera”. No hubo respuesta. Así que dijo: “Vasili va a hacer lo que sabe hacer, así que vamos a tirar todos para adelante”. Así aclaró Marcos Alonso todo para que no hubiesen malas relaciones. Es el entrenador al que tengo más aprecio. Cuando no era titular me llamaba y me explicaba el porqué. Como decía Luis Aragonés, “hay que eliminar los gatos del estómago al jugador”. Así, tienes al jugador atento al partido, concentrado, esperando su oportunidad. Marcos sabía manejar eso muy bien, era un entrenador muy cercano al futbolista. Todavía tenemos contacto y hablamos”.
«No es fácil estar ahí arriba, ser un club ejemplo con una estructura envidiable. Nada que ver con lo que era»
Preguntado por el Sevilla FC actual, Tsartas destaca el papel del director general deportivo: “El Sevilla es ya de otro nivel, no tiene nada que ver con el Sevilla en el que yo estuve. Las exigencias son otras. El equipo tiene que mantenerse ahí arriba. En Europa es un clásico… La clave y lo importante es tener a una persona como Monchi. Alrededor de Monchi todo eso funciona porque cada uno tiene su papel y repartiendo el trabajo es más fácil tener los éxitos que está teniendo el Sevilla. No es fácil estar ahí arriba, ser un club ejemplo, con una estructura envidiable, nada que ver con lo que era cuando yo estuve. Y todo eso hay que recordarlo, sobre todo cuando viene un mal resultado después de muchos positivos”.
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